Con 25 metros de altura y una silueta de rectas líneas, nuestro campanario ha ido reconvirtiéndose de nuevo con los años en una seña de identidad, pese a su estética contemporánea forma ya parte del perfil de nuestro pueblo, al que nos hemos ido acostumbrando.
Las torres–campanario en general tienen dos funciones principales, primero marcar las horas y los oficios litúrgicos del día, y en segundo lugar informar a la población de cualquier otro acontecimiento como las defunciones e incluso avisar de peligros cómo incendios o riadas, también y de forma muy particular en la Vega del Segura las campanas han marcando las horas y tandas de riego de nuestra fértil huerta, por lo que puede decirse que su tañido era casi imprescindible en el día a día de nuestros antepasados. A pesar de que hoy todas esas costumbres y usos ha desaparecido, las cuatro campanas de la parroquia de San Bartolomé Apóstol, siguen acompañándonos con su tañido.
Del primitivo conjunto histórico, solo ha pervivido hasta nosotros una campana de finales del s.XIX de una gran calidad sonora y valor artístico. Estos bronces sonoros están situados en el último piso de la nueva torre y sujetos con portentosos flamantes yugos de madrera de la casa Valverde de Murcia, mirando cada uno de ellos hacia los cuatro puntos cardinales para bendecir con su tañido a los vientos y protegernos de las tempestades.
Haciendo un recorrido por las caras de la torre de Norte a Sur y de Oeste a este, repasaremos las piezas que conforman el conjunto de las cuatro campanas. La campana menor, con 58 cm de altura y 50 cm de diámetro (medida sólo del bronce, sin el yugo de madera) se encuentra mirando hacia la calle D. José Ricarte, lleva por nombre María de Rosario Bartolomea y es la más antigua del conjunto con 134 años, en su tercio inferior puede leerse la siguiente inscripción # JOSE ORTEGA ME HIZO AÑO 1877#. Está decorada a base de cordones y con dos artísticos relieves uno con la imagen de la Virgen del Rosario y otro con la Santa Cruz. Sus reducidas dimensiones permiten al bronce sacar un timbre agudo, esta campana es la encargada de dar los cuartos del reloj.
Sin querer ahondar mucho en el tema recordamos la importancia de la orden de los dominicos en la Vega baja del Segura y con ellos la advocación del Rosario, y como una imagen de esta advocación mariana, la Virgen del Rosario, es recordada por nuestros mayores como la patrona del pueblo, hasta la destrucción de la misma en 1936. Pues bien, en esta campana, es este patrimonio desapercibido para muchos tenemos un testimonio de la época que afirma la antigüedad de la devoción a la Virgen del Rosario en San Bartolomé.
La segunda, San José, orientada hacia la calle de la Feria, está realizada en la famosa empresa Manclus de Valencia en 1990. Esta campana anteriormente se encontraba ubicada mirando hacia Callosa, vino a ocupar el hueco que dejó, tras arder completamente, la matraca o campana de palo; Cuentan los mayores que una noche de Tosantos mientras en el antiguo cementerio se rezaban los pertinentes responsos, el campanario efectuaba el toque de difuntos y al parecer algún campanero o monaguillo despistado colocó una vela bajo la campana de palo, con lo cual ésta ardió rápidamente dejando el hueco que la mayoría hemos conocido hasta 1990 cuando la campana San José lo ocupó hasta su demolición en 1998.
En la cara Oeste se encuentra la segunda campana mayor en volumen, fundida en el año 2001 por los talleres Valverde de Murcia, lleva la siguiente inscripción # JUBILEO 2000 SAN BARTOLOME /NUEVO TEMPLO PARROQUIAL / FEBREO 2000 ABRIL 2001#.Una campana de considerables dimensiones con 60 cm de diámetro y 70cm de altura.
Por último la campana mayor, la gorda, se encuentra mirando hacia la calle Mayor presidiendo la fachada principal del templo parroquial;
Con 80 cm de diámetro y casi un metro de altura, lleva por nombre San Bartolomé Apóstol y la siguiente inscripción #SIENDO CURA PARROCO/ D. FRANCISCO MACIA FENOLL/ PADRINOS JOSE ANTONIO CUARTERO ALONSO/Y MARIA ISABEL FERRER RUIZ/ AGOSTO 1964# está fabricada por la empresa Manclus de Valencia en 1964 y es la más ricamente decorada de las cuatro campanas con una serie de diez guirnaldas con motivos religiosos, luciendo en su falda un crucificado y el relieve de una custodia. El grosor de su bronce hace que su sonido sea de una notable gravedad por ello es la encargada de ir marcando las horas del día.
No se podía despedir este artículo sin dar las gracias, porque si hablamos de las campanas es casi obligatorio hablar de sus campaneros, hombres con nombres y apellidos que en su anonimato mantuvieron hasta 1990 el tañido y volteo manual de las campanas sanbartolomeras, es de agradecer por tanto su labor a todas esas personas que de forma voluntaria colaboraron en el cuidado y mantenimiento de nuestras campanas y por tanto de nuestro patrimonio, de nuestra identidad.
Elías Rubén Garzón Ortiz.