Reseña Historica
La historia de San Bartolomé es de difícil reconstrucción debido a la prácticamente nula existencia de documentos que puedan ayudar a hacerlo.
Nuestra partida rural está vinculada al devenir histórico de Orihuela, perfectamente conocido y documentado. Sólo muy ocasionalmente aparece el nombre de San Bartolomé y además con grandes saltos en el tiempo. Por este mismo motivo, el presente trabajo es enfocado como la presentación de datos sueltos que he podido encontrar, sin pretender hacer la historia de San Bartolomé que es la misma de Orihuela.
A través de ciertos libros hemos podido descubrir que se conoció con los nombres de Almisdrá, Almisdrán, Almisdoán, Almisdoano, Benidrama, etc. Y estuvo situado en donde hoy lo está la parroquia de San Bartolomé. Su nombre es árabe.
En el archivo parroquial no hay documentos que se remonten más allá de 1930. Los más antiguos datan de ese año y son actas de bautismo de algunos vecinos de Rafal. Esta fecha límite puede explicarse por la destrucción de la rectoría el 21 de marzo de 1829 en que se produjo el terrible terremoto que asoló la mayoría de los pueblos de la Vega Baja. Encontramos un documento fechado en octubre de 1859 firmado por D. José Mellado (párroco de San Bartolomé entre los años 1832 y 1865) en el cual se hace mención muy de pasada a los orígenes de la parroquia de San Bartolomé.
Se trata de una copia de las diligencias instruidas ante el Juez de Primera Instancia de Orihuela para acreditar la posesión y pertenencia de tres tahúllas de tierra en San Bartolomé por parte de la Iglesia. Dicho escrito dice así:
“ D. José Mellado, Presbítero Cura Ecónomo de la Parroquia Rural de San Bartolomé Apóstol, sita en la huerta, término y jurisdicción de esta ciudad cuya cualidad es notoria y por tal la alego; ante el ilustrísimo Sr. Juez de primera instancia de la misma y su partido, comparezco, y como mejor de derecho proceda por la vía de jurisdicción ordinaria, digo:
Que la Parroquia que regento es la antiquísima de San Bartolomé de Almisdrá, otra de las erigidas a consecuencia de la conquista de este territorio verificada en mil doscientos cincuenta y dos y arrasada e incendiada con el lugar de este nombre por las tropas de D. Pedro cuarto de Castilla en mil trescientos sesenta y cinco, por cuya desolación fue trasladada su fábrica y beneficio curado a la Parroquia del Salvador de esta cuidad; sin embargo según los datos históricos, se reedificó luego una ermita bajo la invocación del mismo santo cuya imagen se ha venerado y venera en ella; que si bien no ha sido siempre Iglesia Parroquial, ha contribuido al culto divino y al consuelo espiritual de los fieles de aquella partida de huerta, ya por la celebración de misas en los días de precepto, ya por las pláticas dominicales y cuadragesimales en las que se instruía al pueblo por un sacerdote asistente.
El Ilmo. Sr. Obispo, hoy difunto D. Jesús Herrero Valverde, oyendo las súplicas de más de ochocientos habitantes que hay en la Aldea de San Bartolomé y sus inmediaciones; y convencido de la necesidad de proveer con mayor abundancia al parto espiritual de estos fieles, la erigió en Ayuda de Parroquia de la del Salvador en mil ochocientos veintiocho, con un párroco residente en la misma. Esta Iglesia pues, ya como ermita auxiliar de la Parroquia aneja a la misma, y quizá desde la primitiva erección después de la conquista, ha poseído constantemente y sin interrupción alguna, un bancal o parcela de tierra como de tres tahúllas poco más o menos, que linda por Este con Vereda de entrada a la Parroquia y con esta misma, Oeste con brazal regador de herederos; Sur con tierras de Manuel Valero, escorredor por medio; y Norte con acequia de su riego llamada de San Bartolomé. Cuya pieza de tierra es de aquellas que se conocen con el nombre de Iglesiario, que es de igual condición y participa de iguales privilegios que el sitio que ocupa la Iglesia misma, como anexidad suya, destinada a sus usos y ensanches, como de hecho se ha verificado construyéndose el Cementerio Parroquial dentro de dicho terreno...”
Actuaron como testigos de esta petición los vecinos de San Bartolomé:
Esteban Mazón Pastor, hacendado de sesenta y cinco años.
Francisco Martínez García, labrador, de cincuenta y dos años.
Cayetano Cañizares Mazón, labrador, de cuarenta y dos años.
Juan Hernández Cámara, labrador propietario, de cuarenta y nueve años.
Cotejando las fechas y datos citados por el cura Mellado, resulta que, efectivamente, la conquista del territorio a los árabes se verificó en 1252 por el Infante de Castilla Alfonso (futuro rey Alfonso X El Sabio)
Sin embargo, no sucede lo mismo con el dato sobre la destrucción de San Bartolomé. Este hecho se produjo ciertamente en 1365, pero no por las huestes de D. Pedro IV de Castilla, dado que no ha habido rey castellano con ese nombre, sino por Pedro I, en lucha con el rey de Aragón en la llamada “Guerra de los dos Pedros” entre los años 1356 y 1396 por el control del reino de Murcia por parte de Castilla (Pedro I) y de Aragón (Pedro IV El Ceremonioso).
Esta guerra fue la más encarnizada que se dio en la Península durante el siglo XIV y se desarrolló teniendo como escenario principal a Orihuela y su comarca. Guerra sin cuartel, sin prisioneros, de desolación y tierra calcinada. Las disposiciones del rey Pedro a sus vasallos de Murcia eran terminantes: “... talad muy bien, que no quede cosa de ella (tierra de Orihuela) por talar; y haced la más cruel guerra que pudiéredes; y cuantos hombres tomáredes, cortarles las cabezas, que no quede hombre de Aragón que sea preso, que no sea luego muerto (...); sed ciertos que si así no lo hiciéredes, que lo pagarán vuestras cabezas...”. Así andaban las cosas entre los reyes «cristianos».
Exacto es el escrito del Cura Mellado en cuanto a que, después del arrasamiento de San Bartolomé de Almizdrano, se trasladó su fábrica y beneficio curado a Orihuela y se anexionó a la Parroquia del Salvador (hoy la famosa Catedral de Orihuela). La «fábrica» que se cita no era un centro de trabajo o producción tal y como hoy lo entendemos, sino que se trata de libros de cuentas, de la contabilidad que obligatoriamente llevaban las parroquias al ser sostenidas con los fondos del consell de Orihuela, obtenidos lógicamente de los impuestos y, por tanto, fondos públicos.
Un dato curioso que podemos citar es el hecho de que, en el último cuarto del siglo XIV, el dinero a repartir para la iglesia en Orihuela, se distribuía entre las tres parroquias (El Salvador, Santa Justa y Rufina y Santiago) y la dependencia rural de San Bartolomé de Almizdrano, que hacía fondo común con ellas, según las notas publicadas por el Obispo Rojas en aquella época para conocimiento de sus sucesores.
Referencias posteriores a San Bartolomé se encuentran en la Historia de la Ciudad de Orihuela, de F. Martínez Paterna, publicada en 1632. En su capítulo primero “en que se descubre un mapa de la Vega y huerta de Orihuela con sus pueblos que son y fueron antiguamente y ay oy en ella” se puede leer: «Los Garcías de Laza fueron señores de Rafal, marquesado oy, entró en la casa de los Rocamoras. Antes fue de un moro llamado Rafal con otra heredad de Callosa en la partida de San Bartolomé, donde en tiempos de moros huvo un lugar llamado Almirdano, el qual duró hasta en tiempos de Paulo Burguense, obispo que fue de Cartagena y de este obispado». Y más adelante «... y en San Bartolomé Almizdrano, donde huvo población grande en tiempos de Godos». El último personaje Godo de Orihuela fue Teodomiro, que capituló ante las tropas de Abd al Aziz ibn Musa en abril del año 713.
De finales del siglo XVIII es la curiosa referencia a San Bartolomé hecha por Antonio Joseph Cavanillas, que en un libro suyo sobre el Reino de Valencia, al describir su viaje hacia Orihuela dice: “ ... dexé a la derecha el Rafal y el caserío de San Bartolomé , reducido a unas 16 casas y 14 barracas esparcidas por aquellos campos...”.
Con fecha 1 de Junio de 1808 (ya en la Guerra de Independencia contra Francia), Vicente Alcaraz Calatayud, párroco del Campo de la Matanza que puso en armas a toda la huerta, escribió: «... Estando juntos les ponderé del mejor modo que supe la necesidad que había de tomar armas para salir en defensa de nuestros hermanos, los de aquellos mencionados pueblos que, según nos decían gentes que venían huyendo del partido de San Bartolomé, entre ellos Francisco Martínez, ya estarían degollados o a punto de serlo. En particular dijo que los franceses (que habían desembarcado en Guardamar) habían pasado a degüello a todo el pueblo de Almoradí, y que así lo había oído a las gentes que huían de aquellos contornos».
Veintiún años más tarde, en marzo de 1829, el Obispo de Orihuela informaba en una carta al Rey lo que había visto en su visita a los pueblos de la Vega Baja que habían sufrido el azote del terremoto del 21 de ese mismo mes. En esa carta escribió: "Pasé a Rafal totalmente arruinado. Allí no han muerto más que dos. Últimamente, vi la vicaría de San Bartolomé enteramente arruinada. En ella han muerto otros dos". Esta destrucción es, posiblemente, la causa por la que los archivos parroquiales arranquen de 1930, como se apuntó al comienzo de este trabajo.
Resumiendo los datos obtenidos y apuntados anteriormente en este trabajo de investigación, podemos obtener una serie de pistas para conocer algo sobre la población de San Bartolomé:
En tiempos de Godos (s. VII) se dice que es población importante.
A finales del siglo XVIII, 16 casas y 14 barracas.
En 1828, según el cura Mellado, 800 almas.
En 1848 había en San Bartolomé 170 vecinos contribuyentes. Es de prioridad señalar que no todos lo eran, sino solamente los que tenían posesiones. Podemos tomar como dato aproximado algunas "almas" más que veinte años antes.
En 1869, en la petición dirigida a las Cortes Constituyentes a favor de la unidad católica de España, se da la cifra de 1.061 firmantes de San Bartolomé. Ésta última cifra resulta «sospechosa» a mi parecer, pues si bien podría corresponder al total de habitantes, no todos ellos serían firmantes ya que no podían ser considerados como tales la mayoría de los nacidos en los veinte años anteriores, obviamente por ser demasiado jóvenes.
Y puesto que los documentos que hemos analizado datan hasta el año 1869 me dispuse a seguir con mi investigación e intentar llegar a nuestros días. Pude conseguir encontrar algunos datos sobre el pueblo y sobre Orihuela que nos dan a conocer información sobre habitantes, sobre la huerta, las temperaturas y precipitaciones, etc.
El Caserío de San Bartolomé se encontraba, hacia 1967, a 23 m. de altitud y contaba con 2593 habitantes.
Ya en ese mismo año aparece en San Bartolomé la manipulación de productos hortofrutículas. Encontré durante mi investigación una tabla sobre los cultivos en todo el término de Orihuela:
CULTIVO ha %
Frutales de Regadío 2671 11
Frutales de Secano 5645 23
Cultivos Herbáceos de Regadío 2505 10
Cultivos Herbáceos de Secano 5450 22
Superficie no labrada 8500 34
TOTAL 24711
Tras esto creí oportuno apuntar el resultado de la helada de Diciembre de 1967 en San Bartolomé:
Ha. de agrios: 547’00
Daños en la hoja : 22’0 %
Hoja y fruto helado: 78 %
Sin afectar : --%.
Así pues, es necesario apuntar el desastroso año de cosechas que hubo y que dio lugar a un año bastante malo para todos los vecinos del pueblo, así como para toda la Vega Baja.
Una vez visto el informe de los cultivos y el resultado de la helada creí oportuno facilitar la tabla de temperaturas y precipitaciones en mm en el año 1967 en Orihuela:
Una vez apuntados los datos sueltos referentes a los años 1967-1969 me dediqué a la recopilación de la información que fui recogiendo de los testimonios de las personas más mayores de mi pueblo, es decir, hice uso de la llamada Historia Oral.
Así, pude saber que la Iglesia ha estado en el mismo lugar que ahora desde, al menos, 1915. Durante la Guerra Civil Española los Santos fueron rotos, destrozados y quemados, quedando el lugar desolado. Allí, en lo que apenas unos días antes era una Iglesia, los de “izquierdas” instalaron su oficina y llegaron a hacer cerrar y tapiar ventanas a los vecinos de enfrente para que no pudieran ver lo que sucedía dentro o quienes entraban y salían. Otro dato importante fue el daño que sufrió el santo patrón del pueblo: San Bartolomé fue encontrado sin cabeza en la huerta, junto a una acequia donde lo “pusieron a pescar”, y cuentan los mayores que un hombre que jugó al fútbol con la cabeza de este santo sufrió al poco tiempo una parálisis en una pierna que lo dejó cojo el resto de su vida.
A pesar de que la Iglesia se conoce en el mismo lugar desde siempre, esta ha ido remodelándose hasta que en 1998 fue demolida para construir una iglesia nueva. Una Iglesia mucho más grande, más moderna y con un campanario de 25 metros que supera al antiguo (situado en el mismo lugar) en unos 9 metros de altura.
Otro dato importante es el Cementerio. Hoy se encuentra en las afueras, pero hasta hace 40 años se encontraba en lo que es hoy la plaza del pueblo, el paseo y el parque infantil. Hace unos diez años, ese parque tenía una fuente, unos bancos y muchos árboles. Aún se conservaba una cruz al final que en otros tiempos perteneció al cementerio. Hoy, ese parque ha sido reformado y ampliado. Tiene zonas verdes, otros bancos y un parque infantil donde los niños del pueblo juegan y se columpian. Ya no queda ningún rastro que haga saber que un día hubo un cementerio allí. Ahora, el cementerio parroquial se encuentra en las afueras, casi a un kilómetro del centro del pueblo, de la iglesia y del parque. La gente con la que he ido hablando me contaban como se sacaron los esqueletos de las personas que estaban enterradas allí y se trasladaron al cementerio que tiene ahora el pueblo.
En el pueblo no hay ninguna casa antigua, ni ningún monumento que date de siglos pasados. Al contrario, es un pueblo bastante moderno, con casas más o menos nuevas, muchos bungalows y pocos pisos. Las casas antiguas han sido remodeladas y no queda ningún indicio de que hace años hubiesen vivido otras culturas, otras personas. Estas casas más antiguas han sido heredadas de padres a hijos, y estos las han acondicionado a sus comodidades borrando todo signo de antigüedad. El pueblo está rodeado de huerta y la economía depende de la huerta y de las fábricas hortofrutículas.
En menos de diez años el pueblo ha ido haciéndose cada vez más grande. Se han abierto muchas calles y se ha construido mucho. Es un pueblo que está creciendo cada vez más, es tranquilo y disponemos de todas las comodidades que puede tener un pueblo pequeño de unos 3.500 habitantes.
Bibliografía
Historia de la Ciudad de Orihuela. Martínez Paterna, F. Murcia. 1632.
Historia de Orihuela. Gisbert Ballesteros, Ernesto. Tomo I, 1901. Orihuela.
Estudio Agrobiológico y aspectos económicos de los Partidos Judiciales de Orihuela y Dolores. Murcia. 1969.
Historia de la Ciudad de Orihuela. Villar Ramírez, Juan Bautista. Murcia. 1972.
El Reino de Valencia. Cavanilles, A.J.
Programa de Feria y Fiestas de San Bartolomé. Orihuela. 1983.